6.30.2012

la condena

Aun puedo recordar ese dulce olor de su cabello, me provoca instintivamente hablando una emocion canibalezca, lo puedo percibir desde aqui, aunque este lejos mas alla de los mares bálicos, mas alla de los dominios de mis ancestros, no puedo verle pues los espías secretos (ojos de hudur) han llegado a su límite y mas allá no pueden controlar la luz ni la oscuridad. Me pregunto si en el tiempo de sax encontraré por fin algún antidoto para este veneno que los humanos incoherentes llaman AMOR que no es más que una ponzoña que provoca comezón en mis ideas... tú quien quiera que seas y como te llames eres el tercero en discordia entre mis pensamientos y yo, antes del todo... antes de la Huída era mas que una simple criatura viviendo a expensas de la vida humana y sus explosiones de energía... me alimentaba de ellas...


Debo confesar que ni en la vida de prax... ni cross... ni amorthia habia visto yo semejante fulgor prisionero en una mirada distante como en ese momento que le vi, eran los sentidos a explosiones y sensaciones agudizadas casi sutiles pero latentes que estaban agrandando mi temor por sentimientos humanos, los Apis nunca nos mostrabamos susceptibles a tales manifestaciones ya que nuestro rango traspasaba las lineas de los Barthos que en ese entonces eran los mas audaces para la caza.

Asi que al continuar con las búsquedas comencé a flotar sobre las hiedras y mude mis manos y mis pies a un lugar alejado donde podría concentrarme ya que uno de mis ancestros no podía mas con las preguntas que yo hacía acerca de la relación de la vida con la venerada muerte en ese entonces.

Y me fui...

Condene cada recuerdo confinándolo a sentido vanal del dolor que entonces provocaba el pensar, bebí de las copas más profundas que podría beber en las tierras de los Astros de Xibeh y recorrí el destino crucial envolviendo mis luces y desgastándolas hasta agotar su energía... Me condene a los rincones en tres y vire tantas veces que perdí la cordura...  

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