2.17.2016

El momento crítico

Una fuente de energía se concentra en un punto específico, yo decidí ir a ese punto, tome mis maletas y me largué de aquí...

Hablé tan alto que mi oídos reventaron, respire tan hondo que mis pulmones estallaron, abrí tanto los párpados que se me salieron los ojos, y caminé tanto que los huesos de los pies se me hicieron añicos...
No podía creer lo indispensable que era el aire puro hasta que me encontré sin él...



Le vi a los ojos con la mente en las manos, le pregunte de donde venia me contesto que del guacalito que esta detrás del infierno de Dante, ¿lo recuerda?

Cuando accedió a hablar me dio permiso de colgar mis ojos de la ventana frontal de su casa pero me dijo que tuviera demasiado cuidado por que los monos rojos comerían de la sangre y mis lágrimas harían que crecieren plantas en ese lugar y ellos odiaban las plantas...

Estuve en estado de coma por 37 días, metida en un costal azul. Cuando desperté preferí quedarme en vigilia para seguir observando el infierno tan confuso e interesante que estaba en el guacalito del loco.
Me senté en su silla que estaba a un lado de la ermita en la punta de un cerrito dentro de la pintura, comencé a mecerme y sentía como a los huecos en donde estaban mis ojos les entraba el aire fresco que se colaba hasta mi cerebro...


tanta era la dicha de contemplar el infierno delante mío... que comencé a volverme piedra era extraña la sensacional, sentía como los pulmones endurecían haciéndose chiquitos al espacio para el oxigeno era relajante, demasiado diría yo.


El loco comenzo a echarme algo que parecía agua era transparente pero viscoso y tenía un olor muy peculiar como entre perro mojado y jazmín y comencé a desenpedrarme le pedí me diera mis ojos para poder despertar...

de pronto de un salto se acerco a mi con sus apestosos ojos verdes en la boca y no le importo me los puso  mis huecos comenzaron a encarnarse a ellos pero yo sabia que no debía, despertar con ojos ajenos me podría traer grandes consecuencias, el  loco reía no paraba de hacerlo tanto que se le cayeron los pocos dientes podridos que tenia, estos al caer al suelo comenzaron a multiplicarse cuan célula en fase de mitosis...

Mis ojos no mios viraban y se salían de su órbita, frente a mi el infierno ardía y el loco se cagaba de risa 


Continuara... 

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